Friday, August 18, 2006

Diario de un Desesperado IX

Hoy la falta de creatividad se ha vuelto a presentar en mi mente. Sigo constituído y atrapado - como se me acusó hace algunas semanas – dentro de citas literarias, biografías ciertas, falsas, invenciones referenciales, fugaces textos que involuntariamente me niego a retirar. Estar así me hace dudar sobre el supuesto orígen de lo que escribiría sí pudiera escribir. ¿Serán las influencias tan nocivas como de algún modo lo creía Wilde con respecto a la creación artística? Wilde, de forma acérrima atribuía una influencia negativa a los clásicos, fueren estos Pintura, Literatura, Drama, etc., debido a que hacían mantener al artista y “su arte”, imantado, imposibilitado por esta fuerza, a crear algo nuevo, singular. Siento algo que pide paso, a ratos son tambores africanos, danzas alucinógenas, otras veces sólo sóplos, y la mayor parte del tiempo es la angustia por la Nada. En Bartleby y compañía E. Vila-Matas cita a Riveyro en La Tentación del fracaso, quien dice: “Guardamos todos un libro, tal ves un gran libro, pero que en el tumulto de nuestra vida interior rara vez emerge o lo hace tan rápidamente que no tenemos tiempo de arponearlo” Esto da mucho, muchísimo que pensar. En Literatura creo que los escritores nos enseñan a ser lectores, de modo explícito o implícito, dado que en la escritura misma se produce una dualidad Pedagógica y Literaria, que resulta ser la mejor y más hermosa forma de aprender. Acojo sus letras como entretenimiento básicamente, un entretenimiento que en sí mismo ya es mucho, y que me invita a la reflexión y al sentimiento, de manera libre o de acuerdo al grado de aceptación del lector por una u otra. Sonrío ante las verdades falsas o las mentiras certeras. Sufro ante la similitud de mi vida ficticia y de la ficción auténtica y perfecta, intentando salvar distancias imposibles, quedando a medio camino con algo de aquí, pero siempre prefiriendo lo de “más allá”. La visión Pedagógica resulta ser la más difícil de aprehender. Intento aferrarme de algún modo a las herramientas, aún sin saber cómo usarlas, con la técnica, que está ahí, para todos. Largas horas se puede estar ante la perspectiva negra de que “nada sale”, sorbiendo café tras café, cigarrillo tras cigarrillo, acechando con el arpón, dispuesto a cazar el libro, el gran libro.En el vaivén de la noche presto oídos a la avenida, un perro lejos, ahora otro cerca. Sigo mezclando frases, un pequeño fragmento. Nada sale, se me antoja otra noche de agrafía, lectura imprecisa, silencios sepulcrales, ideas mal paridas, otro café, esta vez frío y enmudecido. Sigo tomando apuntes mentales que van directos a esta página en blanco. Ya no me extraña que esto no tenga sentido, de algún modo el ejercicio mental puede ser la génesis de una historia, o el nicho de otra idea no-nacida. Nuevamente Wilde me viene a la mente, “No hacer absolutamente nada, que es la cosa más difícil del mundo, la más difícil y la más intelectual” Supongo que esta frase viene como anillo al dedo para los desesperados como yo.
-o-
Ayer me dormí tarde, he encontrado notas incomprensibles en mi libreta. Quizás -pienso- vino nuevamente una amiga, me dejó un recado, “no se entiende”. ¿De qué me sirve un recado incmprensible?. Tal ves estaba apurada, ha tenido mala suerte. Venir tarde y encontrarme durmiendo, escribir desesperadamente: “nadie te entiende”. La verdad, difiero completamente, “nadie me entiende” escribo. Bajo la escalera en busca de desayuno, no quiero ni saber del frasco de miel, trastabillo en el último peldaño, “no me entiendo”. Al llegar a la cocina he encontrado otra nota, “Durante mucho tiempo, me acosté por escrito” George Perec. No se porqué me asomo casi maquinalmente al living, esperando encontrarme – quien sabe – con el frasco de miel.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home